El aprendizaje colaborativo en el aula ha llegado para quedarse. Este enfoque educativo fomenta la motivación de los alumnos, mejora su rendimiento y les ayuda a desarrollar habilidades sociales fundamentales. Descubre en este artículo, en qué consiste el aprendizaje colaborativo, qué ventajas presenta, cómo combinarlo con el uso de las TIC y cómo implementarlo en el aula con éxito.
Aprendizaje colaborativo, la nueva tendencia
El aprendizaje colaborativo y cooperativo es un enfoque educativo que utiliza el trabajo en equipo, a menudo en grupos pequeños y heterogéneos, para reforzar el aprendizaje.
Este método de aprendizaje, en contraposición con los modelos individualistas o competitivos, tiene cada vez más éxito en los centros educativos por las ventajas que presenta. De hecho, en los últimos años, se observa un considerable incremento en el uso de esta metodología y parece que ha llegado para quedarse.
Numerosos estudios demuestran los beneficios del trabajo cooperativo en el aula, pues ayuda a los alumnos a ser responsables de su propio aprendizaje, desarrolla sus competencias y refuerza sus relaciones interpersonales. La interacción, el hecho de tener que llegar a un consenso con el resto del equipo, presentar sus puntos de vista y escuchar los de otros, son habilidades imprescindibles que se aprenden gracias al trabajo en equipo.
Definición del aprendizaje cooperativo y principales características
El Diccionario electrónico de enseñanza y aprendizaje de lenguas define el aprendizaje colaborativo como el «método pedagógico que promueve el trabajo en parejas o en grupos reducidos de rendimiento heterogéneo cuyos miembros comparten objetivos de aprendizaje concretos y se apoyan mutuamente para alcanzarlos».
Debemos tener presente que el trabajo cooperativo en el aula no consiste en sentar a un grupo de alumnos en la misma mesa para que cada uno desarrolle una tarea individual. La definición de aprendizaje colaborativo requiere que esos alumnos/as trabajen juntos/as en un proyecto común, con un objetivo común, con las mismas responsabilidades y la misma participación. Por ello, podemos decir que este tipo de aprendizaje presenta un doble objetivo: por un lado, que se cumplan los objetivos educativos definidos y, por otro, velar por que todos los miembros del equipo cumplan esos objetivos para el éxito del grupo.
El rasgo principal de este modelo educativo es que los miembros del equipo solo pueden lograr el objetivo de aprendizaje si los otros integrantes del equipo alcanzan los suyos, de manera que el conocimiento se construye aprendiendo unos de otros. Otras características de este enfoque educativo son:
- Equipos heterogéneos y reducidos.
- Tareas bien definidas para cada uno de los miembros del equipo y objetivos claros para el grupo.
- Interdependencia positiva, que combina la autonomía con la cooperación entre todos para lograr el éxito del equipo.
- Responsabilidad individual y también compartida.
- Refuerzo de habilidades sociales, para tomar decisiones, resolver conflictos, etc.
- Interacción acompañada de evaluaciones y comentarios entre los miembros del equipo.
- Se evalúa al estudiante por su desempeño tanto individual como grupal.
Ventajas del aprendizaje colaborativo en el aula
Sin duda el trabajo colaborativo en educación presenta múltiples beneficios. Por ello, cada vez son más centros educativos los que integran el aprendizaje colaborativo en clase. Veamos algunas de esas ventajas con más detalle:
- Dinamiza el proceso de aprendizaje y fomenta un aprendizaje más profundo, con un mejor rendimiento por parte de los estudiantes. De manera general, a los alumnos/as les resulta más fácil recordar lo que aprenden duraoknte las actividades colaborativas que lo que hacen de manera individual en casa o en el aula.
- Fomenta la motivación de los alumnos/as y sus ganas de implicarse en el aprendizaje, ya que hace falta la participación de todos para el éxito del equipo, por lo que se refuerza el sentimiento de responsabilidad individual.
- El estudiante se siente apoyado, tanto por los miembros de su grupo como por el docente que supervisa todo el proceso. Así, el alumno/a nunca se siente abandonado ante una tarea difícil ni se desmotiva por no saber por dónde empezar.
- Mejora de las relaciones sociales y la convivencia entre los compañeros que conforman el grupo. Este tipo de actividades contribuyen a desarrollar determinadas habilidades sociales necesarias en la vida de los estudiantes: razonamiento crítico, comunicación, capacidad de debatir y escuchar posturas diferentes, voluntad de llegar a un consenso, etc.
- Fomenta el autoaprendizaje, ya que los estudiantes son quienes seleccionan la información y a menudo no han preparado la actividad con anterioridad.
Todo ello contribuye a mejorar la experiencia de aprendizaje del estudiante, motivando y desarrollando sus habilidades sociales. Sin embargo, hay que tener en cuenta que para el éxito de esta metodología hay que enseñar ciertas dinámicas de trabajo en grupo a los estudiantes. Además, las etapas previas de adquisición de conocimientos deben desarrollarse adecuadamente. Así, la actividad colaborativa se convierte en un ejercicio de puesta en práctica y sirve para fijar los conceptos. Pretender que la comprensión y adquisición se produzcan durante la actividad puede llevar a la confusión de los estudiantes a eternos debates y conversaciones entre ellos, etc. En definitiva, hay que preparar adecuadamente el entorno previo al desarrollo de la actividad.
10 consejos para fomentar el trabajo cooperativo en el aula
A la hora de implementar el aprendizaje cooperativo en el aula, conviene tener en cuenta una serie de buenas prácticas o consejos:
- Definir claramente las metas y objetivos de la actividad.
- Variar en el tipo de actividades, para fomentar la motivación y evitar que los estudiantes se aburran. El trabajo colaborativo en el aula tiene muchas posibilidades y se pueden utilizar metodologías didácticas muy variadas.
- Organizar a los estudiantes por equipos reducidos y heterogéneos, ya que la diversidad hará que la experiencia sea más enriquecedora.
- Establecer los roles y funciones de cada uno de los miembros de los equipos y del docente. Por lo general, el profesor/a actuará como moderador de la actividad y supervisará su desarrollo.
- Asegurarse siempre de que los alumnos/as se respetan y escuchan. Ayudarles a expresar sus opiniones y sentir que lo hacen en un espacio seguro es fundamental.
- Establecer una limitación de tiempo, suficiente para el desarrollo de la actividad y el intercambio de ideas, pero sin que sea excesivo, ya que podrían distraerse o perder el interés.
- Dividir la actividad en varias etapas para facilitar la supervisión del trabajo cooperativo.
- Enseñar a los estudiantes a manifestar su desacuerdo y evaluar el trabajo de sus compañeros/as de una manera respetuosa. Facilitarles los criterios de evaluación también puede resultarles de gran utilidad.
- Conceder a los estudiantes cierta libertad en el desarrollo de la actividad y alimentar su creatividad.
- Recurrir a las nuevas tecnologías en educación o TIC para aumentar la implicación y reforzar la enseñanza.
Algunos ejemplos de actividades que utilizan métodos de aprendizaje cooperativo:
- Enseñanza mutua, cuyo objetivo es que cada miembro del equipo enseñe a alguien y, a su vez, aprenda de otro miembro del grupo.
- Juegos de rol, que presentan un sinfín de posibilidades de aplicación. Por ejemplo, se pueden crear grupos de debate que deben defender una u otra postura.
- Grupos de investigación, que consiste en preparar una exposición sobre un tema en concreto y que después deberán presentar al resto de compañeros.
- Puzzle o rompecabezas, en la que cada miembro del grupo posee parte de la información necesaria para completar la tarea. La clave para completar con éxito este tipo de actividad.es poner en común la información que disponen y buscar una solución conjuntamente.
Aprendizaje colaborativo y tecnología
Gracias a las nuevas tecnologías, el aprendizaje cooperativo puede aplicarse tanto en un entorno presencial como en uno híbrido o en remoto.
En el aula, se pueden utilizar estas herramientas para dinamizar actividades, por ejemplo, pidiendo a los estudiantes de cada grupo que busquen información en una Tablet, o que expongan su trabajo con el apoyo de audio e imágenes en un PowerPoint. Hay profesores/as que utilizan el vídeo como recurso para la puesta en común de los alumnos, ya que esto les hará tener que ponerse de acuerdo en la presentación. Además, en general, verse al reproducir la grabación, les puede ayudar a afrontar las presentaciones delante de un público de una manera diferente, ya que habrán identificado sus tics o elementos que demuestran nerviosismo, sin necesidad de que nadie se los señale.
Además, las TIC facilitan la posibilidad de colaborar a distancia, compartir información, participar en foros o realizar actividades grupales en documentos compartidos. Otra posibilidad es crear tablones virtuales, a los que cada estudiante puede aportar su trabajo y sus ideas; también se pueden crear espacios comunes como blogs o plataformas en las que participan todos los alumnos/as y crean un proyecto común a través de la colaboración.
Los docentes son cada vez más conscientes de los beneficios del aprendizaje colaborativo para sus estudiantes. Si además lo combinan con el uso de las TIC, entonces el éxito de la enseñanza está casi garantizado. Pero es importante contar con las herramientas necesarias para implementar adecuadamente estas metodologías, por lo que se recomienda, por ejemplo, el uso de pantallas interactivas que dinamicen la presentación de las conclusiones de los equipos colaborativos.
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