¿Qué es la realidad virtual educativa?
La innovación y la tecnología nos permiten proporcionar a los estudiantes una formación cada vez más moderna e integral, haciendo uso de herramientas que fomentan el aprendizaje y mejoran el rendimiento. Sin duda, son las universidades las que más están apostando por la realidad virtual en el aula, pero no son el único tipo de centro educativo que utiliza esta metodología. De hecho, en España, ya hay varios centros que proponen programas de docencia en el metaverso virtual, como por ejemplo el colegio Torrequebrada, en Benalmádena, que ha lanzado Educaverso, un campus educativo en el metaverso virtual.
La realidad virtual permite a estudiantes y docentes sumergirse en un mundo tridimensional, generado a partir de una simulación de entorno en 360°. En el ámbito educativo, la realidad virtual ayuda al estudiante a “experimentar” en primera persona el material didáctico presentado por el docente. Por ejemplo, ver el interior del cuerpo humano o pasear por la Atenas de Sócrates o Aristóteles. De esta manera, el contenido a veces abstracto del programa educativo se vincula directamente con la experiencia personal de los alumnos, logrando así una mejor asimilación y fijación de los conceptos.
Pero esta nueva metodología de aprendizaje no es tan novedosa como puede parecer. El concepto es el mismo que el que ya se aplicaba con los juegos de rol, las representaciones teatrales y otras actividades similares. Pedir al estudiante que se ponga en la piel de un personaje histórico para entender mejor el contexto de la época y los acontecimientos es una práctica extendida desde hace décadas en los centros educativos. Ahora, la tecnología nos permite ir un paso más allá gracias a la simulación envolvente que nos brinda la realidad virtual, pero la estrategia educativa es la misma: fijar los conocimientos a través de la experiencia personal del alumno.
Realidad aumentada y realidad virtual: similitudes y diferencias
Para muchos, la diferencia entre realidad virtual (RV) y realidad aumentada (RA) no está del todo clara. Por ello, en este artículo, vamos a definir estos conceptos:
a) Realidad virtual (RV)
El usuario se sumerge por completo en un espacio virtual inexistente, en el que se simula una experiencia sensorial completa en un entorno artificial. El usuario no tiene ningún contacto con lo que está ocurriendo fuera de ese mundo artificial. Para introducirse en él, se utilizan gafas de realidad virtual o cascos y también auriculares. A menudo, las gafas o cascos incluyen sensores para detectar el movimiento de la cabeza del usuario, de manera que se pueda reproducir el mismo movimiento dentro del mundo virtual.
La realidad virtual se usa principalmente en los videojuegos, el sector del turismo digital y, cada vez más, en la educación.
b) Realidad aumentada (RA)
En la realidad aumentada, lo que ve el usuario es el mundo real, pero se le añaden algunos elementos digitales virtuales superpuestos. Para ello, es necesaria una cámara que recoja la realidad que nos rodea y una pantalla en la que se añada la información digital deseada. En cierta medida es como si se acercase el mundo digital a nuestro mundo real.
La gran baza de esta herramienta es que casi todo el mundo ya cuenta con un dispositivo capaz de sumergirnos en un mundo de realidad aumentada: los smartphones o teléfonos inteligentes. Por ello, resulta más económica y accesible que la realidad virtual.
La realidad aumentada no es inmersiva, pero resulta una excelente herramienta para comercios y consumidores. Por ejemplo, permite probar productos en casa o ver cómo quedarían muebles nuevos en una estancia. Además, se utiliza para crear manuales e instrucciones de montaje fácilmente inteligibles.
c) Realidad mixta (RM)
En este caso, nos encontramos ante una mezcla entre realidad virtual y realidad aumentada, en la que se fusionan el mundo físico con el mundo digital. Por ejemplo, un elemento virtual proyectado en el mundo real interactúa con este y si una persona pasa por delante, lo tapa, como si el objeto estuviera en el mundo que nos rodea. La realidad mixta proporciona una experiencia mucho más inmersiva que las dos anteriores, difuminando la línea entre mundo físico y mundo digital.
Realidad virtual inmersiva en el aula: una experiencia única
La educación es cada vez más completa y holística. Los docentes quieren ir más allá de los libros de texto y ayudar a los alumnos a entender mejor el material didáctico. Para ello, la realidad virtual es una excelente herramienta, principalmente porque proporciona una experiencia inmersiva gracias a la que los estudiantes pueden “vivir” de primera mano el contenido estudiado. Así, pueden visitar épocas pasadas, descubrir el cuerpo humano desde dentro o pisar la luna. Con ello, las clases son más dinámicas e interactivas y mejora el rendimiento de los alumnos.
Al mismo tiempo, vivimos en la era del cambio y los estudiantes deben saber adaptarse y resolver problemas. Memorizar ya no sirve de nada. La docencia debe tener en cuenta estas necesidades y adaptar la metodología utilizada. El aprendizaje a través de la experiencia fomenta la creatividad, el pensamiento crítico y la adaptación al cambio, ya sea mediante el uso de la gamificación, las pantallas interactivas en la educación, los juegos, la realidad virtual u otros recursos. Así, el aprendizaje a través de la experiencia que nos proporciona la realidad virtual permite desarrollar el pensamiento crítico, mejora la interacción entre los estudiantes, incrementa la asimilación de contenidos y despierta la curiosidad del estudiante.
Cómo implementar la realidad virtual en el aula
En la educación, la realidad virtual brinda una oportunidad de aprendizaje única a través del aprendizaje por experiencia; retiene mejor la atención de los alumnos y estos a su vez conectan más con los contenidos didácticos. Muchos estudiantes muestran un gran entusiasmo ante la idea de la realidad virtual en el aula por tratarse de algo que relacionan con los videojuegos y la tecnología. Utilizar la gamificación o un juego de realidad virtual, permite al docente crear un entorno de aprendizaje menos lineal y tradicional que el aprendizaje en el aula.
En la actualidad, el espacio de aprendizaje combina el aula virtual y el espacio físico para responder a las nuevas necesidades y mejorar el rendimiento de los estudiantes. Si a esto le sumamos un metaverso virtual, los estudiantes dispondrán de más recursos y herramientas para aprender. Por ejemplo, gracias a la recreación de lugares y monumentos reales en un mundo virtual, pueden “visitar” la muralla de China, ver la caída del muro de Berlín o descubrir América acompañando a Colón.
¿Qué necesita el centro educativo para implementar la realidad virtual en el aula?
Sencillamente, el centro deberá disponer de una buena conexión a Internet, dispositivos de visualización envolvente, como gafas, auriculares o cascos de realidad virtual y el software adecuado. Actualmente, existen gafas a las que se puede acoplar el teléfono móvil y que funcionan utilizando una app de realidad virtual.
Antes de concluir, no debemos olvidar que se trata de un gran cambio para los estudiantes. Por ello, estos dispositivos deben manejarse con precaución y siempre con la supervisión del docente. Conviene disponer de asistencia técnica para instalar y configurar los programas o apps de realidad virtual. Y cuando se usen en el aula, se recomienda buscar un entorno seguro, amplio y sin objetos cerca. Además, aconsejamos limitar el tiempo de uso, haciendo pequeños descansos.
La realidad virtual crea un entorno inmersivo, lo que puede desencadenar una ligera desvinculación del mundo real por parte de los alumnos. De ahí que la supervisión y el acompañamiento del docente sean fundamentales.
5 ventajas de la realidad virtual educativa
Algunos de los principales beneficios de este tipo de metodología educativa son:
1) Despierta el interés y la motivación de los estudiantes
La realidad virtual resulta muy atractiva para los estudiantes. Además, consigue acercar los conceptos más abstractos a los alumnos, utilizando un formato tecnológico y digital con el que se sienten muy cómodos. Cuando los estudiantes están interesados y motivados, aprenden más rápido y retienen mejor la información, como se ha demostrado en numerosos estudios pedagógicos.
2) Mejora el rendimiento y la asimilación de conceptos
Los estudiantes recuerdan durante más tiempo y de manera clara todo aquello que aprenden a través de la experiencia personal y de las vivencias. El estudiante se involucra más y tiene ganas de seguir explorando y descubriendo. Ello le ayudará a recordar los detalles de lo que ha visto y oído, las sensaciones y las emociones.
Esto resulta particularmente importante en el caso de estudiantes con dificultades para el aprendizaje y la memorización de contenidos, ya que de esta manera entenderán mejor lo que luego leen y procesarán el contenido de otra forma.
3) Aumenta la autonomía y la responsabilidad
Los alumnos pueden interactuar con el contenido, elegir qué tema quieren trabajar, autoevaluar sus conocimientos y repasar aquello que necesite ser reforzado. Las aplicaciones que se utilizan en la actualidad son muy completas y ofrecen informes de progreso y evaluación.
4) Reduce la discriminación
Las experiencias inmersivas sirven para incrementar la empatía, entender diversos puntos de vista, fomentar la participación de todos los estudiantes y el trabajo en equipo. Además, la realidad virtual educativa fomenta la inclusión de los estudiantes con dificultades de aprendizaje o trastornos de conducta.
5) Prepara a los estudiantes para el mundo del futuro
Vivimos en un mundo de cambios y avances tecnológicos. El desarrollo de nuevas capacidades adaptadas al nuevo contexto es fundamental para los profesionales del futuro. Por ello, los centros educativos deben proporcionar herramientas y recursos que permitan a los estudiantes desarrollar esas capacidades y afrontar el mundo del futuro con las mejores probabilidades de éxito.
Por todo ello, la realidad virtual ha llegado para quedarse en el contexto educativo. Mejorar los recursos didácticos y la metodología utilizada para enseñar a los estudiantes es responsabilidad de centros educativos y docentes.
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